La evolución continua de internet hace necesario replantear continuamente las estrategias de seguridad. Pensemos, por ejemplo, en la aparición del big data y de Internet of Things (IoT):
- Big data consiste en la gestión y análisis de enormes volúmenes de datos que no pueden ser tratados de forma convencional. Su utilidad consiste en hacer pronósticos y diagnósticos relativos a distintos aspectos. Dichos análisis no serían posibles con cantidades de datos más pequeñas. Para el big data es necesario que los usuarios faciliten sus datos personales, como datos de usuario en las redes sociales, pagos con tarjeta, señales de los móviles,... lo que puede afectar a su privacidad y seguridad.
- Internet of Things o Internet de las cosas es la interconexión digital de los objetos cotidianos con internet, objetos dotados de una identificación IP en internet, como alarmas, termostatos, lavadoras, refrigeradores, lámparas, persianas,... que pueden ser controlados, activados o desactivados a través de la red. Esto aumenta considerablemente los riesgos informáticos.

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